20. Los Bengoa.
20. La familia de mi esposa.
Conjunto familiar
La familia de mi mujer es amplia y diversa, creo que ya conté que las familias de origen vizcaíno, que era lo que se consideraban los de las Fábricas de Armas, eran muy sectarios, arreglaban sus bodas en las familias y los hombres estaban casi todos volcados al oficio de la fabricación de armas. Aunque ya en el siglo veinte había pasado suficiente tiempo para haber pasado muchos de ellos a trabajar por su cuenta, aprovechando su preparación tecnológica transmitida de padres a hijos.
Los familiares de Matilde eran en general profesionales de oficio, algunos contratistas de obras y actividades en general bastante lucrativas. Pero los tíos de Matilde en opinión de su abuela habían hecho bodas inadecuadas, en ese caso incluía al que hubiera sido mi suegro de haber sobrevivido a la Guerra de Cuba, Jacinto, que se había casado con Matilde Ferrera y creo que su suegra tenía razón. La Madre de Matilde, es decir mi suegra, en mi opinión no era una mujer recomendable, era egoísta y no te podías fiar de ella. Esa naturaleza la fui descubriendo después de casado.
Incluiré una redacción escolar de uno de mis hijos para reflejar como eran algunos de los primos de mi mujer.
“Era tarde de domingo, mi papá se había quedado en casa trabajando con papeles, decía que había que aprovechar la luz del día, que la de las bombillas lo cansaban más. Mi mamá nos llevó al Naranco para que lo dejáramos trabajar, yo era de los pequeños, iba de la mano de mi mamá y de mi hermana mayor.
Era un día de verbena en San Pedro de los Arcos, cuando subíamos la pendiente pude ver el acueducto, aun no lo habían derruido y vi un gentío que bajaba muy alborotado. Cuando nos acercamos, una mujer le dijo a mi mamá:
-Es tu primo el Pinaca, le han disparado ahora mismo.
Pude ver como cuatro hombres bajaban en volandas a otro manchado de sangre con cara de dolor, mi madre me cogió fuerte y tiró de mí para alejarnos del grupo que bajaba.
Pregunté, pero nadie me contestó, oí a mi mamá decir a mi hermano Manolo:
-¿Ves? así se acaba cuando se anda en malos pasos, ¡Fíjate, casado y con una hija! ¿Qué será ahora de su mujer?-. Mi hermana Matilde dijo: -¿Pero mamá, no podemos ayudar?-
A lo qué contestó mi mamá:
-Es trabajo de médico, si llega vivo a la Casa de Socorro...-
Ya no seguimos hacia San Pedro, regresamos hacia el centro, mamá nos llevó al parque San Francisco y no se habló más del incidente. Bueno, mi hermano mayor y mi hermana cuchicheaban pero yo no los podía oír.
En casa a la noche oí a mi mamá contarle a mi papá algo, hablaban del Pinaca. Mi papá le decía:
-Se veía venir, esos primos tuyos son unos perdidos, mira que tu tío Baltasar era buena persona, pero se casó con Rafaela y ya se sabe, Los Llobos llevan azogue en la sangre, no le salió un hijo normal, El Pinaca es el peor de todos, peor que cualquiera de sus primos… ¿A cuantos rajó ese hombre?
Al día siguiente mi mamá me vistió de domingo y me llevó de visita a casa de la tía Angustias, mis hermanos estaban en la escuela. Yo ya había estado alguna vez allí, la tía Angustias era muy vieja, arrugada y reseca, a la que siempre había visto en la cama. Nadie me dijo, como otras veces, lo guapo que era con mis rizos. Estaban muy serios y oí a la vieja decir:
-Claro, ya entonces le dije a Baltasar que esa gente no interesaba, él me decía que son mujeres guapas y hombres valientes… ¡Muy bonito! pero no son más que unos indeseables y claro, con esa mujer. ¿Cómo iban a resultar mis nietos?.
Mi mamá le dijo:
-Tía la están oyendo-.
-¡Que me oigan! ¡Es lo que quiero! llevo diciéndolo desde siempre y ahora estamos de luto, llevo dos años en la cama, ya no es momento de callarme-.
Llegó mucha gente. Hubo llantos, gritos, me fijé en unas mujeres de mala cara y vestidas estrafalarias, eran diferentes a las demás. Mi mamá se retiró a un lado, no habló con ellas, eran muy vocingleras, fueron las únicas que se dirigieron a mí, mi mamá tiraba de mí y no decía nada.
Recuerdo que días más tarde mi mamá me llevó a un sitio grande, como una iglesia, pero no rezamos, nos sentamos, había mucha gente de la familia de mi mamá. No recuerdo todo, pero un hombre malo y feo, dijo:
-Sr. Juez, es que me dio miedo, usted no sabe como era el Pinaca-
-Pero usted le dio un tiro y él llevaba una niña en brazos, ¿Qué le dio miedo?-
-Su cara y su fama. Era capaz de matarme con una mano-
-Pero usted lo mató de un disparo y el sólo llevaba dos piedras en el bolsillo-
-Por eso… él no necesitaba nada más y además sus hermanos andaban por allí-
-¿Y la niña, no pensó que podía matar a la niña?
-No señor juez, yo acerqué la pistola a su cuerpo para no fallar, no podía fallar, le tenía mucho miedo, no lo podía dejar vivo-
Sé que quizás al hablar de los parientes de Matilde es muy injusto poner aquí precisamente esa triste historia, había muchos que eran personas de provecho, como ya dije empresarios y profesionales, pero es que estos emparentados con Los Llobos empañaban a todos los demás.