25. Cartas de mis hermanos de las fechas próximas a mi estancia en Cuba
25. Cartas de mis hermanos de las fechas próximas a mi estancia en Cuba
Mi hermano Manuel con su esposa su nuera y su hijo, a la derecha Paco con su esposa Ana
19240205 New York, febrero 5, 1924
Mi querido Manolo:
He recibido tu carta del 29 de enero con la fotografía, que Joaquín me tenía ya anunciada.
Desde que la recibí a la fecha la he contemplado por largo ratos y haciendo comparaciones con otras que hay en casa tomadas en Oviedo, encuentro que Joaquín va tomando más y más aspecto de nuestro difunto padre.
Tú en nada te pareces ya a esos retratos y me he quedado sorprendido de lo mucho que has crecido. No puedo por menos que confesar que eres mejor mezcla que yo y tu padre, y créeme que de ello estoy orgulloso.
Esta vez si me he descuidado en contestar la carta recibida anteriormente y en esta ocasión sin duda hubo algo de pereza, porque un ratito siempre hay disponible, pero te prometo que en lo sucesivo haré todo esfuerzo por no hacerte esperar, no obstante que siempre ando confundido entre papeles y hay veces que salgo de la oficina con la cabeza como un tambor cuando los redoblan.
Efectivamente estaba entendido que yo daría un viaje por esa isla en marzo o abril y cuando la época se aproxima algo viene a interponerse a esos planes, de manera que no deseo anticipar ni lo uno ni lo otro. El negocio está pésimamente mal, ordenan pero no pagan y como la caña tiene muchos miles de duros regados por ahí, si para entonces no mejora esta condición, lo más probable será que en mi lugar vaya el señor Collado con el único objeto de hacer cobros y luego siga yo. Como vosotros yo espero con impaciencia ese día. A la tía Celedonia y Máximo hace veintipico años que no los veo a Joaquín y a ti 18 años ahora este julio próximo. Tú, creo que tenías cuatro meses cuando te dejé.
Entre tanto no me quedará otro remedio que recrearme la vista en la fotografía que acabas de mandarme.
Recibe cariños de tu tía Ana y un fuerte abrazo de tu tío que te quiere de veras.
Paco
Dale un cariñoso abrazo a tía Celedonia de mi parte y dile que siempre me acuerdo de ella, y de Maxo.
Esta carta llena de ternura de mi hermano Paco me saca las lágrimas, al recordar como lo mataron los revolucionarios comunistas cuando intentó salir de Cuba. Este hombre tierno tenía un carácter fuerte y no podía consentir el atropello de los gorilas policiales, cuando le quisieron quitar el bolso a su mujer y arrebatarles las joyas, que era lo único que sacaban de la isla, detrás dejaban la casa y todos sus bienes. Él se defendió como su dignidad le obligaba actuar y lo mataron a golpes. Que injusticia. Es indignante que en estas fechas y en un país tan próximo a los Estados Unidos el Comunismo arraigue y mate impunemente a quien quiera. Ahora, ya viejo y sin fuerzas, ya no me queda más que llorar por el pobre Paco y compadecerme de la pobre Ana, que ha quedado sola en un país en el que ni siquiera habla bien su lengua.
Sólo me queda pensar y desear que la bondad de Paco y su carácter y su dignidad se refleje en alguno de mis descendientes, aunque a ellos no les deseo una muerte violenta. Pero si les deseo que alguno de ellos se parezca a él, a ser posible todos.
19240816 New York, agosto 16, 1924
Querido Joaquín:-
Recibí, por cierto con bastante retraso, tu cariñosa carta de 4 de julio, por la cual me impuse cómo después de una permanencia más o menos prolongada en Cienfuegos por fin emprendiste viaje de regreso para ésa acompañada de Manolo.
Esta noticia de tu regreso ya lo sabía por conducto de José Pernas, habiéndome sorprendido solamente que te llevaras al muchacho, pues tenía una idea que ni él deseaba volver y tú tampoco llevártelo a no ser que él quisiera.
Tú sabes mi manera de pensar en lo que respecta a trabajar en ésa, etc..
Lo cual no quiere decir que no apruebo tu decisión, pero al mismo tiempo espero y deseo con sinceridad que el muchacho más adelante no tenga ocasión por qué arrepentirse.
También me impongo de las razones que te han decidido llevártelo y en este respecto, sin entrar en detalles te diré que lo peor que puede suceder a cualquiera es trabajar o vivir en casa de parientes, conceptúo mucho mejor para todos los concernidos que cada cual trabaje independientemente con extraños.
Ahora sólo deseo que tú y Manolo hayáis podido empezar a trabajar en alguna cosa y que sobre todo Manolo encuentre algo que pueda servirle de base para su futuro.
Mi esposa y niño envían muchos cariños para tu esposa y niños a los que se unen también los míos y tú sabes te quiero mucho, tu hermano Manuel
En esta carta de Manuel se recoge su decepción por mi partida hacia España, no sé qué proyectos tendría para mí, supongo que de algún modo integrarme en sus actividades empresariales, pero para salirme de “la sartén” que me encontraba y pasar a colaborar con la empresa de Pernas y Collado, en las que eran socio Manuel y empleados los dos, tanto Paco como Manuel, me parecía que hubiera “caído en las brasas”, por la incapacidad económica de prescindir del trabajo dependiente de Adolfo, sin tener un fondo económico de resistencia.
En resumen no había solución intermedia y por tanto tuve que tomar la decisión de marcharme de Cuba y volver a España, porque me faltaban medios económicos para prescindir del trabajo que tenía, sin estar consolidado en otro que no era tan inmediato.
En cuanto al regreso de Manolo, tal vez podría haberse evitado, acogiéndose a la protección de sus tíos, pero él estaba tan asqueado de la situación que vivía en la casa de Celedonia y el acoso a que lo sometía su prima, hoy creo que con la complicidad de la abuela de la niña, que el pobre no encontró camino para salirse de aquella situación y por tanto me pidió volver conmigo a España.
19250816 Habana, ago 16, 1925
Mi querido Joaquín:-
La demora en contestar tu cariñosa carta de febrero pasado no tiene disculpa y te pido perdón por no haberte escrito antes. Cuando recibí esa carta, Manuel, como tú sabes, estaba por Cuba y el trabajo para mí en esas épocas era en exceso recargado. El regresó a fines de marzo y enseguida me dieron orden de que me preparara yo y siendo el primer viaje que en tal carácter iba a dar, tuve que hacer mis preparativos con sumo cuidado, no deseando fracasar y en esto estuve ocupado hasta fines de mayo, pero siempre con mente en que tu carta estaba sin contestar.
En junio 13 embarqué para la isla de Cuba, pero no ya con aquel deseo que tenía cuando tú y Manolo estabais aquí. En la Habana me pasé trabajando hasta el día 29 que embarqué para Santiago de Cuba, donde me pasé tres semanas, de allí pasé a Guantánamo, de Guantánamo a Manzanillo, a Camagüey, Ciego de Ávila, xxxxxx, Santa Clara, Cruces y Cienfuegos y en esta última ciudad me pasé nueve días.
Allí me encontré con tía Celedonia y demás familia que se alegraron mucho de verme y me atendieron lo mejor que pudieron. A Adolfo vine a verle aquí y aún anda por la Habana. También se alegró mucho de verme y juntos salimos dos noches consecutivas, pero como a su lado tiene por lo regular unos cuantos parásitos y el carácter de todos ellos incluido el del Primo no se amolda al mío; con excusas que TC he ido separándome de él al extremo que hace varios días que no le veo además como quiera que últimamente no te ha tratado todo bien según pude comprender por tu carta no le tengo mucho apego. Sobre este particular nada me ha dicho Y tampoco quise tocar yo el punto, pues si me hubiera dicho algo que no me hubiera gustado con toda seguridad que nos hubiéramos separado disgustados. Tía Celedonia y Adelaida os recuerdan con mucho cariño, que pude observar es genuino, lamentándose de que Manolo haya regresado.
Ahora que yo conozco la isla de Cuba ni les doy la razón ni te la quito a ti. El modo de ser y pensar de esta gente es de una moral muy distinta a la nuestra al que nunca podríamos amoldarnos.
Para ser el primer viaje, he tenido bastante buen éxito; hice algunos cobros, llevo tomadas 48 notas o pedidos todos bastante buenos y pude adquirir cuatro nuevos clientes de buena solvencia entre ellos la casa Odriozola de Cienfuegos a quienes nunca se les pudo vender. Todos esos pedidos fueron del interior y les calculo un valor total de 80.000 a 90.000 Dolars. En la Habana también hice algo a mi llegada, pues de Domingo Nozobal, que no dudo habrás oído nombrar, le tome una orden que según Manolo me ha dicho vale de 25 a 30 mil Dolars, aparte de las órdenes que ahora estoy tomando de los centrales de Talco Gutiérrez.
En fin, Joaquín que hace dos meses que vengo trabajando sin descanso. Teníamos pensado que estuviera yo aquí hasta fines de septiembre pero como de casa me dicen que el pobre Manuel está bajo la influencia del asma nuevamente, he decidido regresar el 22 de este mes. Pues si él se pone enfermo en la oficina no hay quien de salida al trabajo.
Confío que todos estéis bien y a ti querido Joaquín te recomiendo no trabajar tanto, porque las fuerzas poco a poco se extinguen. De nuevo te ruego perdones mi demora y te prometo ser más puntual que en esta ocasión.
Mis cariños para todos y un fuerte abrazo para ti de tu hermano pues te quiere mucho Paco
En esta carta Paco habla de sus actividades comerciales, pero es más interesante su punto de vista sobre el carácter de Adolfo, que reafirma mi opinión sobre nuestro primo Adolfo, al que yo conocí en su vileza mucho más que él. Efectivamente la tía Celedonia siempre tan cariñosa, y con esas capacidades de atraer a su regazo a toda su familia. Por eso no me sorprendió nada lo que dice Paco de ese viaje en lo relativo a la familia y para ella debió ser una decepción muy grande nuestra partida y más cuando ahora estoy absolutamente seguro que tenía proyectos para Manolo, pero esa vez le falló su gran capacidad porque estableció una estrategia equivocada y, no se daba cuenta de que con el carácter de Manolo no se podía buscar el enlace a través del sexo que ofrecía su nieta.
Probablemente, en su forma de ver la vida, en su escala de valores la tía Celedonia no era capaz de comprender las convicciones de Manolo, su compromiso consigo mismo y con lo que estaba bien y con lo que era inadmisible.
19240916 Nueva York, septiembre 16, 1924
Mi querido Manolo:-
Por tu carta veo que ya estás en Oviedo y después de una separación de un año de tu mamá y hermanos, te habrás figurado al verte ahí entre todos que ese tiempo de destierro fue un sueño.
Pues contado daba que el regreso de tu papá era un hecho desde que los asuntos de la compañía del Pinar del Río tomaron un rumbo que no le permitía seguir allí y si bien hubiera deseado que se quedara en la Habana, comprendía que era mejor que volviera para Oviedo. No lo pensaba así sin embargo con respecto a ti y cuando recibimos la carta de Pepe Pernas notificándonos que os habíais embarcado me llevé una sorpresa muy regular, sintiendo en el alma que no hubiera yo podido veros antes.
El señor Bengoechea vino aquí con su hijo y como tuve que acompañarle a varios lugares y servirle de interés en varios asuntos tuve la ocasión de conversar con él a intervalos. He podido ver con mucho orgullo que estaba muy satisfecho de tus servicios y hasta llegó a decirme que en uno de sus viajes por el interior de la isla con Maxo , Sostuvieron una conversación sobre lo que debían hacer contigo, acordando que quizá fueras de más utilidad para la casa salir a viajar por los puntos inmediatos a Cienfuegos que estar en la carpeta y se proponían que esto se llevara acabo muy pronto. Aunque esto no tiene ya efecto, no dejará de ser una satisfacción para ti saber lo que tus jefes tenían en mente.
Recibe un abrazo de tu tía Ana y otro muy fuerte de tu tío que te quiere mucho.
Paco
En esta carta se hace alusión al jefe de mi hijo en Cienfuegos y también a mi primo Maximino, que lo llama Maxo. Paco que no tuvo hijos creo que se había hecho ilusiones con tener cerca a Manolo del que al parecer había oído hablar muy bien, no me sorprende nada Manolo es una persona seria y confiable. Pero en la vida, en nuestra vida, intervienen muchos factores que muchas veces nos impiden escoger lo mejor a largo plazo por complicaciones insalvables a corto plazo. En el aprecio de Maximino por Manolo está el factor de interés familiar, aunque supongo que él no participaba en el complot, no dejaba de ser el padre de la acosadora, aspirante a esposa de Manolo.
Ahora pienso que de no haber sido una chica tan joven, tal vez Manolo habría visto la proposición de otra manera. Nunca sabe uno que es lo que le conviene, pero lo primero lo que más nos conviene es respetarnos a nosotros mismos y nuestra dignidad y eso fue lo que hizo Manolo. Hoy pasados tantos años sigo estando orgulloso de sus principios, que se demostraron ese día con aquella actitud. Confío que esos principios que manifestó mi hijo Manolo sigan presentes en las nuevas generaciones
19250929 New York, Sep. 29.1 925
Sr. Joaquín Echeverría
Oviedo España.
Mi querido Joaquín
A mi paso por Cienfuegos recibí en marzo pasado tu cariñosa carta dirigida a casa de la tía Celedonia, por la cual me impuse con mucha satisfacción que tanto tú como Manolo han encontrado ocupación provechosa y espero, por lo tanto que este año siga, y que gozando de buena salud tú y toda la familia, como deseo, te sientas más feliz y satisfecho que no cuando estabas en Pinar del Río.
Lo único que me inquieta es que pueda suceder qué Manolo haya entrado en quintas y lo envíen a Marruecos, y mucho deseo que tú, valido de tu conocimiento e influencias, logres evitar peligros que de otro modo pueden sobrevenir.
En casa todos bien y el muchacho mío está ya hecho un mozo. El único que está siempre achacoso con ataques de asma otra vez soy yo, pero a fuerza de cuidado trato de evitar que este sufrimiento me sea demasiado molesto, aunque según pasan los años veo que la afección es más intensa.
Los negocios están al presente horriblemente malos en Cuba. Tú sabes que su riqueza principal es el azúcar y su precio está hoy por los suelos y las productoras pierden dinero. Debido a eso hay una paralización muy grande y se pierden muchas cuentas. Este mismo año estando yo allá en Santiago me tocó ver que una casa importante que nos debía 7 mil pesos de los tiempos de las vacas gordas dio en quiebra y perdimos casi la cuenta íntegra. Dos o tres palos más como éste y nos dejan liquidados.
Yo creo que sepas que Paco al fin empezó sus viajes por Cuba. Estuvo allá tres meses y hace uno que regresó completamente encantado por el cambio de rutina y por lo bien que le acogieron todos los clientes que allá tenemos.
Yo espero salir de viaje para ella otra vez a fines del próximo octubre y probablemente no regrese para aquí hasta el Año Nuevo. Nos deben mucho dinero y tengo que estarles encima o si no vamos de mal en peor, y ahora que falta Collado a mi me ha tocado asumir esta nueva responsabilidad encima de las otras que ya tenía.
Haz presente mis cariños a todos y sabes que te quiere tu hermano Manuel
Creo recordar que en aquellas fechas hubo una crisis económica en Cuba, causada en parte por banqueros sin escrúpulos norteamericanos, que cortaron el crédito y las azucareras tuvieron muchas dificultades para vender la cosecha ese año. Os contaré una anécdota, de cómo un cierto malentendido estuvo apunto de llevarse por delante a un banco solvente.
En esas fechas los bancos e importadores americanos que venían financiando las campañas de la zafra en Cuba se pusieron de acuerdo para no comprar la cosecha. Los importadores norteamericanos habían acumulado años anteriores acopio suficiente de azúcar para poder prescindir o retrasar la compra. Muchas azucareras cubanas entraron en crisis y fueron caníbalizadas por sus bancos financiadores norteamericanos. En Madrid un cubano que traía cheques de una entidad cubana se encontró que el Banco Hispano Colonial no le aceptaba papel del banco cubano y se corrió la voz entre los clientes del Hotel Palas de Madrid que el banco hispano colonial no respaldaba esos talones porque estaba en problemas de liquidez. Los clientes del Banco Hispano Colonial se alarmaron y empezaron a retirar su dinero y el banco estuvo a punto una suspensión de pagos, el resto de los bancos de la plaza de Madrid respaldaron al banco hispano colonial y enseguida los clientes volvieron a confiar y se resolvió la situación sin males mayores.